Buenos Días, Argentina!

(VOLVEMOS AL AIRE)

A la hora de la siesta lo prohibido acecha.

Un pueblo que decide ser diferente.

Un pueblo que busca su voz sin darse cuenta.

Voz que le susurre al oído algo que lo despierte, lo abrace, lo desvele.

Hace años que la famosa laguna del pueblo se quedó sin agua. La fábrica que inauguró el hijo de Aurora fue la causante de esta sequía. Envenenó el agua y el aire. Cuando se instaló la fábrica, un curioso perfume de infancia inundó el lugar. Niñas y niños pedían pochoclo desaforados, pero ese olor a pochoclo permanente no tenía nada que ofrecer.

Años más tarde llega la radio.

Un grupo de personas sin red, monta de manera clandestina e improvisada una radio en el sótano que ofrece Aurora, si su hijo se entera: chau sueño.

Habrá que no levantar la perdiz.

¿Qué puede salir mal? Todo.

Pero quién nos quita lo bailado.