Pobreza en reparto

Ellos ya no están. Todo sucedió en menos de cinco meses cuando nada ni nadie suponía que iba a ser así. La sorpresa y la conmoción los precipitó a decidir. No se dieron tiempo para las despedidas.
Se reunieron para repartirse los objetos que hicieron a la vida en común; en esa casa que compartieron, entre alegrías, fantasmas y recuerdos, durante gran parte de sus vidas.
Ahí están, en un espacio común, tratando de sostener las pérdidas, sus historias, las tensiones necesarias.
Ahí están los cuatro hermanos y… Clarita que, desde siempre, trabaja en esa casa y, entre el dolor y la tristeza los compromete desde el lugar cercano que ocupa; con una energía especial y un lectura vital de la familia y de la vida misma.
No todo será simple, ni todo es posible de repartirse. A veces, de la manera más brutal, vamos a encontrarnos con aceptaciones apasionadas y el mayor de los rechazos.
….Seres vivos, si cosas muertas, no

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