Estamos en la Argentina, Buenos Aires, la Gran Llanura de los Chistes (Chiste: dicho agudo y gracioso/ burla o chanza ”hacer chiste de una cosa”/” caer uno en el chiste”/”dar uno en el chiste”: dar en el punto de la dificultad, acertar una cosa), en un partido de fútbol de Casados vs. Solteros, de una empresa (Egometrix). Dice O. Lamborghini: ”Terminado el partido empezaban, lamentablemente, a desarrollarse los acontecimientos, ese epugnante clima de “formamos una gran familia”, creado generalmente, porlos acostumbrados al naranjín, pero que la juegan de campeones del “vinacho” -como dicen ellos y a las tres copas ya perdieron, ya están en pleno show, pero manifestando sus preferencias por el género sentimental abrazándose con todo el mundo, babeándose y buscando una manera infalible de asegurarle amistad a todos los compañeros.”
En éste marco los “amigos” manifiestan su “amistad” prometiéndose chupadas de pene, inundaciones de leche en la boca del chupador, etc.
“No se trataba esta vez de un chiste largo sino de una muerte nítida como un tajo.”
“En este país llanura, chistes terminan con muertos.” Este era el chiste(?), pero empieza la muerte (por ésto de chistes y muertos) en la Gran Llanura de los Chistes, cuando se topan con Tokuro: un fanático de la verdad, quién con toda calma les explica que irían a parar todos los degenerados al hospital y también les habla sobre “la deshonra de la Palabra Incumplida”. Todo empieza a descomponerse hasta culminar con el asesinato de Jansky (el polaco, su amigo), a manos del mismísimo Tokuro (su amigo, otra vez).
Hasta acá una historia.
Pero hay otra historia, la de Luis Antonio Sullo (el linotipista erudito, no tan viejo pero al borde de la muerte), Rosita (su mujer) y sus amigos (los de Sullo).
Sullo y Rosita oficiarán de narradores de este chiste largo-muerte nítida como un tajo, y la vida (la de Sullo), se extinguirá cuando termine de narrar (como muerto-parlante, en su ataúd, en su funeral) el suicidio de Tokuro (el japonés, fanático de la verdad, samurai).
Las dos historias se entrelazan, se complementan y se terminan.
En nuestra propuesta existe parte del universo de Lamborghini: como, por ejemplo el Zoológico de Tadeys (aquél animal” tan parecido al hombre”, pero irracional y con marcadas costumbres sodomitas), como así también el humor, la ironía, ej: durante el partido de fútbol, Sullo, el moribundo, amortajado en vida, con su mortaja remendada, será el árbitro en su silla de ruedas. En fín, una historia que avanza, se detiene y recuerda, narra y reflexiona, y sigue avanzando hasta la muerte.
En éste marco los “amigos” manifiestan su “amistad” prometiéndose chupadas de pene, inundaciones de leche en la boca del chupador, etc.
“No se trataba esta vez de un chiste largo sino de una muerte nítida como un tajo.”
“En este país llanura, chistes terminan con muertos.” Este era el chiste(?), pero empieza la muerte (por ésto de chistes y muertos) en la Gran Llanura de los Chistes, cuando se topan con Tokuro: un fanático de la verdad, quién con toda calma les explica que irían a parar todos los degenerados al hospital y también les habla sobre “la deshonra de la Palabra Incumplida”. Todo empieza a descomponerse hasta culminar con el asesinato de Jansky (el polaco, su amigo), a manos del mismísimo Tokuro (su amigo, otra vez).
Hasta acá una historia.
Pero hay otra historia, la de Luis Antonio Sullo (el linotipista erudito, no tan viejo pero al borde de la muerte), Rosita (su mujer) y sus amigos (los de Sullo).
Sullo y Rosita oficiarán de narradores de este chiste largo-muerte nítida como un tajo, y la vida (la de Sullo), se extinguirá cuando termine de narrar (como muerto-parlante, en su ataúd, en su funeral) el suicidio de Tokuro (el japonés, fanático de la verdad, samurai).
Las dos historias se entrelazan, se complementan y se terminan.
En nuestra propuesta existe parte del universo de Lamborghini: como, por ejemplo el Zoológico de Tadeys (aquél animal” tan parecido al hombre”, pero irracional y con marcadas costumbres sodomitas), como así también el humor, la ironía, ej: durante el partido de fútbol, Sullo, el moribundo, amortajado en vida, con su mortaja remendada, será el árbitro en su silla de ruedas. En fín, una historia que avanza, se detiene y recuerda, narra y reflexiona, y sigue avanzando hasta la muerte.
Ficha técnico artística
Clasificaciones: Teatro
3 Histórico de funciones
- TADRON TEATRO (2005)
- TEATRO DEL ARTEFACTO (2004)
- TEATRO DEL ARTEFACTO (2003)