Mateo

Mateo es la primera pieza de su producción que Armando Discépolo calificó como grotesco. La obra, estructurada en 3 cuadros, se estrenó en mayo de 1923 en el teatro Nacional y fue muy bien recibida por el público y por la crítica que en sus comentarios elogiaba este nuevo lenguaje. Hoy, a casi 90 años Mateo sigue mostrando una vigencia contundente. "Miguel -dice Cacace- es un ser desesperado. En la desesperación, en el hambre, no se puede pensar y en la ausencia de un pensamiento crítico se dejará llevar por sus lugares más instintivos. Miguel- continúa el director- tan animalizado como su caballo por la circunstancia que le toca vivir, es funcional a la invitación a cometer cualquier acto que lo salve. Esta obra habla sobre una cultura que crea hombres anulados como tales en su desesperación. Miguel " agrega Cacace- podría ser presentado como una pobre víctima y eso tranquilizaría a la platea, sentirían piedad por él" No es lo que queremos, porque cuando estamos en la calle y los seres desesperados se nos acercan tememos" Discépolo no salva a nadie" no habla de ricos malos y pobres buenos. Se hace cargo de un asunto más complejo: de cómo se teje la trama de una sociedad que fracasa.

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