¡Papi!

¿Por qué "¡Papi!"? Papi atrae como planteo dramático. Porque reúne, desde mi punto de vista, condiciones sumamente atractivas para un director. A saber; una estructura teatral original (la acción transcurre en tiempo real). Una historia que transita por el margen hipócrita de esta sociedad. Diálogos naturalmente nuestros, vigorosos y directos que nos definen como individuos. Un humor, también nuestro, ácido, corrosivo. Por momentos, negro. Pero siempre destructivo. Situaciones familiares posibles que desnudan mecanismos de autoritarismo y poder que, invariablemente, degeneran en el envilecimiento y sojuzgamiento del que somos capaces. En definitiva, una triste muestra de un comportamiento vergonzoso en el micro mundo de la convivencia, del que debemos asumirnos responsables. Y en el que nos encontramos por nuestra hipócrita organización social. La que nos impone lo que 'está bien' y puede flotar en la superficie; y lo 'que no', debe ser ocultado en los pliegues de nuestra vergüenza. La posibilidad de ser capaces de recrear y mostrar personajes tan complejos, psicológicamente hablando, y que reconozcamos tan nuestros, tan cercanos en lo cotidiano, en geografía y en el tiempo social que nos toca vivir. Este es el desafío por el que hoy los hemos convocado.
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