Viernes, 02 de Enero de 2015
Viernes, 12 de Junio de 2009

Cosa de hombres

Teatro gay, teatro romántico, telenovela de las tres de la tarde...¿Cómo calificar una obra que trabaja con tantos parámetros?

Tres hombres tres confluyen en escena. Mariano Moro, director y dramaturgo, ya nos había deleitado con varias producciones, pero especialmente con Quien lo probó lo sabe, un hermoso unipersonal -homenaje a Lope de Vega- protagonizado por Mariano Mazzei. A su vez, Mazzei nos había sorprendido con su ductilidad pues, después de ver este homenaje a Lope asistimos a El señor Martín. En este caso compartía escenario con Emiliano Dionisi, un joven actor que hace ya diez años dejó de ser promesa para ser uno de los más interesantes profesionales de su generación. De este entrecruzamiento, digno de un culebrón, nace el elenco creativo de De hombre a hombre, una pieza que atraviesa temas muy delicados con una ternura digna de las viejas telenovelas de Alberto Migré.

Cuando la señorita nos anuncia: "por favor apaguen sus teléfonos celulares", todos esperamos que bajen las luces de sala para escondernos en la oscuridad unificadora de la platea. Sin embargo esto no sucede y Juan Manuel, un joven profesor de Lengua y Literatura, sale al escenario para convertirnos a todos nosotros en sus alumnos. Las clases se inician, el camino de un aprendizaje muy especial también.
"Es de maricones conocer a los poetas", es su primera afirmación en referencia a Walt Whitman. Provocadora, especial para despertar la irreverencia de sus alumnos. Y por lo menos con uno lo consigue, con Andrés.
Relaciones profesor / alumno, adulto / adolescente, hombre / hombre, todos estos conflictos rodeados de otros más trascendentes aún. La justicia, la existencia de Dios, el consumismo contemporáneo, el amor, la cobardía... ¿Qué de todo esto nos define como seres humanos? "Si Dios no existe todo está permitido", decía Fiodor Dostoievski en Los hermanos Karamázov. "Si reemplazamos a Dios por el consumo, llegamos al hombre contemporáneo", podría decir Juan Manuel.
Una telenovela metafísica, una historia de amor filosófica, Sócrates y Alcibíades en un duelo interminable en una escuela argentina.
Un texto para no perderse, que ya fue galardonado con el premio Visible/SGAE en Madrid (2007). Pero una puesta en escena que es mucho más que texto, gracias a la delicadeza de las actuaciones de Mazzei y (especialmente) Dionisi, que abren un abanico de matices para esta enorme y controversial cantidad de temas. Poder escuchar es poder debatir, y hay cosas que son muy difíciles de escuchar.

Y una apostilla más: el teatro off, salvo honrosas excepciones, ha promovido en estos últimos 20 años un público "serio" que se sienta en la butaca, no habla, no molesta..., es casi invisible. En estas condiciones, el teatro infantil y el teatro comercial son los baluartes de la participación activa de los espectadores. Sin embargo, en esta puesta no se apagan las luces de sala, los personajes nos interpelan directamente, y así y todo parece que diera miedo hablar. "Yo le hubiera dicho algo a Andrés", escuché comentar a la salida. Pues bien: ¡Hágalo!, ¡sin miedo! En un aula, al igual que en el arte, lo que debería primar es la libertad.

Publicado en: Críticas

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