La muerte del primogénito (primogénita en este caso) que Susana Villalba entreteje con el caso Romina Tejerina, como a la Pachamama se sobreimprime un dios patriarcal y apropiador, como se superpone la cultura fierita a la zafrera, la muerte a la adolescencia, la violación a la virginidad. La joven jujeña que apuñaló a su beba sietemesina, producto de una violación que no fue considerada atenuante, cumple una condena de 14 años en una celda para madres. Desgrana un monólogo afiebrado que mezcla su juicio con el bíblico, Santa Evita con la virgen María. Asegura que el fruto de su vientre es hija de Dios y le reclama su apellido. ¿O es hija de la Bestia? Todo violentado luego violenta, Romina es una estampa de la virgen-niña asesina. Contrafigura de la Difunta Correa. Caso testigo. Abraza a un E.T. de peluche y enfrenta a una fiscalía de muñecos despanzurrados. De entre las piernas le cae un bebé-violador y ella cae de su mundo que no era un paraíso, acuna un cuchillo.
- Este espectáculo formó parte del espectáculo: La ira de Dios - Parte l