¿Cómo contar la historia de los desafortunados, los ignorados de la escena nacional?
Viejos laureles intenta recordarlos en la semblanza de Cecilia, Enrique y Pascual. Recuerdo y homenaje a los anónimos actores y actrices que alguna vez integraron elencos teatrales y radiales desempeñando pequeños papeles, filmaron alguna lejana película como extras y siempre soñaron con figurar en las marquesinas, pero nunca vieron consumado ese deseo.
Su crónica de eternos figurantes no es triste, sino nostálgica, siempre enérgicamente orgullosa, porque transcurre entre entrañables recuerdos e irremediables desmemorias.
Se teje así una historia íntima, plena de deseos y decepciones, de culpas y arrepentimientos en la que sólo el amor y la fe en sus sueños les permitirán seguir más allá del tiempo para brindar por los laureles conseguidos a lo largo de sus dilatadas y grises carreras.
Viejos laureles intenta recordarlos en la semblanza de Cecilia, Enrique y Pascual. Recuerdo y homenaje a los anónimos actores y actrices que alguna vez integraron elencos teatrales y radiales desempeñando pequeños papeles, filmaron alguna lejana película como extras y siempre soñaron con figurar en las marquesinas, pero nunca vieron consumado ese deseo.
Su crónica de eternos figurantes no es triste, sino nostálgica, siempre enérgicamente orgullosa, porque transcurre entre entrañables recuerdos e irremediables desmemorias.
Se teje así una historia íntima, plena de deseos y decepciones, de culpas y arrepentimientos en la que sólo el amor y la fe en sus sueños les permitirán seguir más allá del tiempo para brindar por los laureles conseguidos a lo largo de sus dilatadas y grises carreras.