En esta versión del texto de García Lorca respetamos gran porcentaje del original, introduciendo algunos personajes y situaciones con la intención de crear nexos para con nuestra realidad y para adentrarnos, no sólo en el trágico desencuentro entre Yerma y su marido, sino también para desnudar la potente presencia de las mujeres, quienes vigilarán desde los rincones en los que trascurren sus existencias, asfixiadas por la cultura imperante. Como un coro griego, ellas opinarán incidiendo en las acciones del combate que se libra en escena.
Yerma parece estar condenada a las labores domésticas y la maternidad, delineando esta perspectiva la estructura familiar. Ella, tiene un único proyecto en el que se entremezclan el deseo personal y el mandato social de ser madre. Un matrimonio sin deseo ni amor, un marido estéril, la presencia de un antiguo pretendiente, se combinan para desarrollar un argumento teñido de tragedia y sutil crítica a una identidad femenina intrínsecamente ligada al orden social establecido. Una mujer estéril, que lucha desesperadamente con su verdad, cada vez se vuelve más conflictiva y no cede en ello hasta consumarla.
Yerma parece estar condenada a las labores domésticas y la maternidad, delineando esta perspectiva la estructura familiar. Ella, tiene un único proyecto en el que se entremezclan el deseo personal y el mandato social de ser madre. Un matrimonio sin deseo ni amor, un marido estéril, la presencia de un antiguo pretendiente, se combinan para desarrollar un argumento teñido de tragedia y sutil crítica a una identidad femenina intrínsecamente ligada al orden social establecido. Una mujer estéril, que lucha desesperadamente con su verdad, cada vez se vuelve más conflictiva y no cede en ello hasta consumarla.