Tus buenas chauchas

El horno no está para bollos, la cosa está caldeada y así, en medio de frases hechas Olga cocina su destino a sabiendas de un presente maltrecho. Mientras la soledad teje infinitos escenarios que nunca llegan, la imaginación permite sobrevivir a dolores de ausencias, a los amores no correspondidos, al propio amor no construido o devastado. Mágica y sorprendentemente mientras muere de amor, renace de poesía. Olga cocina para olvidar y relata para perdonar.

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