Con ¿“DÓNDE MUEREN LOS ELEFANTES”?, siempre se debe tener presente que estamos en el teatro, y es aquí, donde se imponen diversas inutilidades del ser humano, con protagonistas que hacen gala del dilema del título.
Para MICHEL, el anciano, no hay nada nuevo, todo lo ha visto, todo lo ha vivido y mantiene su buen humor hasta la llegada de LEONARDO, el muchacho, que arrastra tragicómicamente la idea de la muerte.
El anciano le demostrará la parodia de la condición humana; el muchacho no dejará su persecución interna, oprimida, y convertirá su actitud heroica en un amplio gesto romántico.
¿“DÓNDE MUEREN LOS ELEFANTES”? fue construida, lo que comúnmente se dice hasta el mínimo clavo, y el encuentro y separación de sus protagonistas, no se malgasta ni un solo minuto.
La salvación llegará en el último instante sin floreos, y sus protagonistas –hombres de honor- jugarán un juego de humor y sátira con las armas más mortíferas, hasta convertir la discusión escénica, en el amargo divertimento de la humanidad. El objetivo se habrá cumplido.