"El Amante", una obra magistralmente construida por el dramaturgo inglés Harold Pinter.
Un matrimonio con una relación estable desde hace muchos años, basado en la honestidad y el amor, pero también cargado de una cotidianidad arrolladora y hábitos rutinarios. Encuentran, tal vez sin proponérselo, la reafirmación de esa relación a través de los amantes que cada uno de ellos han adoptado en una mutua aceptación. El "escape" a un mundo casi fuera de lo real es la forma en que la fantasía y el deseo vuelven nuevamente a sostener y potenciar el amor y la pasión en la pareja. Si algo tienen en claro los personajes es que infidelidad no significa necesariamente un engaño.
Aunque aquello que no se ve, pero permanece sutilmente detrás del espejo, irrumpe de una forma u otra, enfrentando a Sarah y a Richard, a lo que Pinter supo llamar: la desoladora incertidumbre del existir humano.
"El amante" es la afirmación más amarga, más convincente y mejor escrita, de la certeza de Pinter de que la tragedia de la gente consiste en su "evasión deliberada de la comunicación."
La obra se desarrolla en una escenografía minimalista en donde se resaltan diversos objetos que muestran un orden rutinario del quehacer monótono y cotidiano del matrimonio en cuestión. Dicho orden será alterado y desquiciado en los momentos en que "el amante" entre en escena. Durante los momentos de los encuentros de "los amantes" se realizarán sutiles cambios de luces; a pesar de esos cambios los elementos de la vida cotidiana de la pareja quedarán resaltados con luces puntuales, detenidos en el tiempo que reflejarán cierta "frialdad" a modo de mostrar que a pesar del juego fantástico ambos son víctimas de su encerrada y monótona forma de vivir. Los diálogos serán los de la traducción original, aunque tratados en una cargada atmósfera de silencios. A pesar de los intentos de abandonar el juego, la vida de los protagonistas continuará en el círculo de realidad y ficción por ellos inventado.
Clasificaciones: Teatro
- AUDITORIO LOSADA (2012)