Del maravilloso mundo animal: Los corderos

Luis se pasó veinte años esperando a su hermano. Echado en un sillón, de cara a la ventana, vio pasar los días, uno tras otro. La espera, como todas, dejó huellas, cicatrices.

Un día, ya cansado, lo manda a traer. Su mujer -con quien el visitante tuvo una aventura-, la hija -no se sabe de quién- y un vecino -siempre dispuesto- participan del hecho.

Entonces, llevar a la nena a la plaza, comer zapallitos o pasear en auto, se vuelven otra cosa en el reencuentro familiar: riesgo y oscuridad. Rito mafioso.

El director nos muestra en esta obra una de las cuestiones de la clasemedia argentina, lo no dicho , lo que nada se termina de decir, permanecer en el secreto como cualidad seductora y esto no dicho generadora de violencia en los actos cotidianos. Pero como todos son corderos, víctimas, ¿quién se hace cargo?
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